Por: Ayesha Estrada
Los desordenes digestivos es algo muy común en nuestra vida moderna, ya sea una simple inflamación, pasando por la incomoda diarrea, el desesperante estreñimiento o las dolorosas ulceras. Para combatirlos podemos buscar diferentes opciones además de lo que la medicina tradicional nos ofrece. La práctica regular del yoga brinda múltiples beneficios para el organismo y puede ayudar mucho al sistema digestivo.
Según el Dr. Krishna Raman, en su libro “A Matter of Health”, el yoga actúa sobre 4 mecanismos principales. Uno, al mover el cuerpo en forma metódica genera un masaje interno a todos los órganos, mejorando la circulación, limpiando toxinas y aportado nutrientes para la reconstrucción de los tejidos. Dos, estimula las glándulas mucosas a funcionar óptimamente, protegiendo zonas sensibles. Tres, disminuye la producción de ácidos gástricos con posturas especificas, aliviando el ardor. Y por último el efecto relajante de la mente, que disminuye el estrés.
Se necesita constancia para ver cambios en nuestra digestión usando el yoga. Lo mejor es practicar diario, incluso 2 veces al día. Las posturas se requieren mantener por un tiempo largo, para pasar del efecto a nivel muscular a un efecto fisiológico, por lo que es indispensable el uso de cobijas o cojines firmes (bolsters) para lograr estar cómodos. El objetivo es estirar suave y relajadamente la región abdominal y el nervio vago, así los intestinos se calman y descansan. Recuerde que “NO es lo que hace, sino COMO lo hace”. En caso de duda o de malestar en la práctica, es muy importante tener la asesoría de un profesor capacitado para dirigir los ajustes para una postura correcta.
Propongo 3 secuencias para diferentes resultados, las primeras dos de apoyo a su digestión y la última para fortalecer la región abdominal.
Estas secuencias podras encontrarla en ESCUELA SOLOYOGA