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YOGA, Una escuela para el cuerpo

por Ayesha Estrada

El movimiento y la acrobacia  son parte de la herencia humana, que en toda cultura tiende a desarrollarse por naturaleza. Vienen de una necesidad creativa y en la actualidad ayudan a compensar el ritmo de vida sedentario de las personas. El ser humano necesita moverse para estar sano. Antiguamente, antes de la revolución industrial,  se solía caminar de 15 a 30 Km. al  día, pero actualmente una persona de ciudad camina menos de 1 Km. diario.

¿Que  es yoga?

El yoga es una filosofía muy antigua proveniente de la India, a veces se le describe como arte a veces como ciencia.  Es la búsqueda de la unión de cuerpo, mente y alma. Su campo de acción es muy amplio y va desde el concepto más sencillo, hasta el contacto mas elevado. A veces se le menciona como el tratado de psicología mas antiguo. La forma de yoga mas conocida es el Hatha, o el yoga físico.

El hatha yoga es una herramienta que ayuda a percibir el cuerpo y sensibilizarlo. Es un excelente ejercicio que mueve el cuerpo en todas las direcciones posibles y de una manera saludable respetando las funciones anatómicas de cada estructura.

Escuelas y estilos

Actualmente hay muchos grupos de hatha yoga diferenciados por su forma de trabajo. Algunos son muy corporales y dinámicos y otros acentúan más al aspecto místico meditativo. Los estilos mas conocidos en México son: el Kundalini Yoga (se enfoca en la respiración y el despertar de la energía), el Yoga Solar (trabaja con secuencias de posturas y atenciones mentales para el desarrollo de los chakras) y Yoga Iyengar (se enfoca en la alineación precisa y cuidado del cuerpo).  Poco a poco ha llegado influencia de otros países a México  y ahora se conoce también el Astanga Yoga (practica  fluida) y su derivado de Power Yoga, el Vijñana Yoga, Anusara etc.

El yoga que yo enseño es Centered Yoga de Dona Holleman, o traducido al español yoga del centro o yoga centrado en si mismo. Tiene que ver con el contacto  interno, con el percibir   y sentir el cuerpo como una unidad funcional y darme cuenta. Busca el equilibrio físico, derecha/izquierda, delante/atrás y sacar el máximo movimiento de las articulaciones a través del alargamiento. También busca el equilibrio mental en el uso del  cerebro moderno o neocortex y cerebro antiguo o sistema límbico.  Tiene 8 principios vitales para la práctica:

  • Estado meditativo (el no hacer de la mente)
  • Relajación (el no hacer del cuerpo)
  • Intent (la proyección de la energía)
  • Enraizamiento (el uso de la gravedad)
  • Centrar (el balance de las fuerzas)
  • Alineación
  • Respiración
  • Alargamiento

¿Quien hace yoga?

La mayoría de la gente tiene idea de que el yoga es para viejitos que ya no pueden hacer otra cosa, pero actualmente existen diferentes tipos de yoga adaptados a cada necesidad. Hay clases para niños y personas de la 3ª edad, hay clases dinámicas para jóvenes y atletas, hay yoga para gestantes, y hay clases privadas con un enfoque yoga terapéutico para manejar necesidades particulares. En conclusión “El yoga es para todos”

AUTOHIPNOSIS

por Ma. Elena García

Hace tres años tuve que someterme a una operación. Recuerdo claramente cuando estaba en el quirófano y el anestesiólogo me decía “voy a ponerle la anestesia, no se mueva”, por supuesto yo estaba quieta; sin embargo, cuando la aguja se introdujo en algún punto de mi columna vertebral, mi pierna derecha se movió en un reflejo incontrolable. “Le dije que no se moviera”, dijo molesto el médico; le contesté que yo no me quise mover, que mi pierna se movió sola. “Pues voy a ponerle la otra dosis, así que no se mueva, ordenó”

Lamentablemente sucedió lo mismo, sólo que esta vez fue mi pierna izquierda la que involuntariamente se movió, seguida por el reproche del anestesiólogo. No sé si fue lástima o tristeza lo que sentí por él y por su falta de humanidad para tratar a los pacientes. Queriendo autotranquilizarme empecé a orar por él, enviándole Amor y así me fui perdiendo en el profundo sueño de la inconciencia.

Lo anterior lo relato porque fue la causa de un gran aprendizaje; como dice el refrán “no hay mal que por bien no venga”. A los tres días de operada era incapaz de sostener mi cabeza en posición normal, si la trataba de enderezar me daban unos dolores tan agudos e insoportables que tenía que bajarla y poner la frente a la altura del pecho, era peor que si estuviera jorobada.

En mi desesperación pensé que eran los músculos que estaban cansados por los días que llevaba en cama y entonces busqué un doctor masajista que hacía meses me había recomendado una amiga. Pero resultó que no solo era especialista en masajes, sino que además daba la terapia reiki y era psicólogo. Sin mucha demora me puso en un estado de trance para saber si mi dolor se debía a que estaba pasando por la etapa de duelo, debido al órgano que me habían quitado en la operación. Ese no era el motivo de mi malestar y por lo mismo no funcionó; sin embargo, eso ayudó porque ahí le comenté la actitud del anestesista y lo pesada que sentí su energía. Nuevamente el doctor me indujo al trance y esta vez “aprisionamos” el dolor en mi puño izquierdo para reducir su intensidad.

Preocupado por mi caso, el doctor se puso a investigar, al día siguiente me llamó y muy contento me dijo “ya sé qué tiene, no se preocupe, en cuatro días más usted va a estar bien, la espero mañana para su siguiente terapia”. Me comentó que seguramente me lastimaron cuando me pusieron la anestesia y que el cuerpo, en su sabiduría innata, necesita siete días para regenerar las células dañadas. Y sucedió tal como lo predijo, fue increíble constatar el poder que tiene el organismo para sanarse a sí mismo.

Las terapias concernientes al caso terminaron y fueron seguidas por otras que me ayudaron a trabajar con algunas cuestiones emocionales que, como la mayoría de los humanos, cargaba con ellas sin darme cuenta y las cuales ya no eran útiles, más bien eran cargas que frenaban mi crecimiento espiritual. Y así de cita en cita mi terapeuta me hizo consciente primero, de lo que es un trance hipnótico y luego, de mi facilidad para pasearme a voluntad del estado consciente al hipnótico y viceversa.

Estar en trance es una experiencia increíble, tu cuerpo está totalmente relajado y lo dejas ahí apaciblemente para entrar en una vibración superior desde donde puedes trabajar para sanar alguna cuestión física, emocional o para orar por el bienestar de la familia, del planeta, de la humanidad o simplemente pones tu mente en blanco y disfrutas de ese maravilloso estado de paz. Eso era en general, lo que yo hacía.

Hace unos meses asistí al curso “autohipnosis para sanar el alma” que mi terapeuta impartió; en cierto momento del curso el doctor nos dijo que pensáramos en algún problema que nos inquietara y nos proporcionó una hoja para anotar tres cuestiones, la primera era la pregunta ¿Qué cosa estaré haciendo cuando el problema ya se está solucionando? Eso me puso en aprietos pues desde hace años dejé de usar la palabra “problema” para referirme a cuestiones que tengo que resolver en mi vida. Todos los asistentes habían hecho sus anotaciones menos yo y le dije al doctor: “esa palabra problema me metió en un problema porque no sé qué escribir, es que no tengo ningún problema en mi vida” y dijo que no necesariamente tenía que ser un problema sino algo que quisiera hacer, algún proyecto, etc.

Entonces ví la luz, cuando vino a mi mente el próximo inicio del curso de música, al que me había inscrito para aprender a tocar la viola y el cual era un gran reto en mi vida, porque de música sólo sabía el nombre de las notas musicales. Así que la respuesta a la pregunta fue: estaré aprendiendo música. Posteriormente entramos en trance y, sin haber sostenido nunca antes físicamente una viola en mis manos, ahí en ese nivel de conciencia, mi cabeza giró hacia el costado izquierdo para ayudarle a mi mano a sostener el instrumento, mientras que la derecha sostenía el arco que iba y venía rosando sus cuerdas. Todo era tan real que acrecentó mi confianza en que sí lograría realizar mi sueño. Pues en esos pocos minutos ya había avanzado bastantes clases de música. Esta experiencia fue excelente porque aprendí a utilizar el trance para darle fuerza y vida a mis proyectos.

En el siguiente trance teníamos que identificar alguna cuestión emocional desagradable y deshacernos de ella. Otra vez batallé para encontrar algo que trabajar y mi mente se detuvo en un “pequeño estrés” que me provocaba la presencia de una persona muy querida. Antes que el doctor diera indicaciones precisas yo ya había transmutado la vibración de esa energía incómoda en un hermoso corazón rojo, lleno de amor y tan real que casi podía oírlo hablar; por supuesto que no seguí la indicación del doctor de deshacerme de esa energía, al contrario, con suavidad atraje el corazón hacia mí y nos unimos plenamente, es decir, ahora la energía incómoda estaba transmutada en amor y volvía a ser parte de mí. Eso me hizo reflexionar que cada uno de nosotros tenemos cierta cantidad de energía vital y a veces permitimos que partes de ella se conviertan en miedo, rencor, envidia, celos, resentimientos, etc.; y si queremos volver a encontrar nuestro centro y sentirnos tranquilos y felices, entonces debemos transmutar esa energía a su pureza original y la autohipnosis es una de las herramientas que podemos utilizar.

Estas experiencias las comparto contigo porque intento motivarte a buscar ayuda psicológica si tienes problemas en el trabajo, con los hijos, los padres, la pareja o si sientes que algo falta en tu vida pero no puedes definir qué es. No es que estemos locos, todos los que nos creemos “normales” necesitamos un especialista que nos ayude a reconocer nuestras fortalezas y a utilizarlas para cambiar lo que nos molesta o visualizar con más claridad nuestros proyectos y el sendero a seguir. Después, con la práctica, tú mismo te sanarás, pues como dijo Albert Schweitzer “Los enfermos llevan en su interior a su propio médico”.

Papel de los hermanos de niños con discapacidad

Por: Linda Susana Dueñas Virgen

El presente ensayo tuvo como principal objetivo conocer el papel que desempeñan los hermanos de personas con discapacidad, se realizó mediante una revisión de la literatura científica sobre el  tema con la finalidad de brindar estrategias a padres de familia y profesionales de la salud que estén interesados en lograr una mayor comprensión y acercamiento emocional que fortalezca los vínculos familiares. Como conclusión se propuso poner en práctica las estrategias que permitan lograr una mejor comprensión y adaptación familiar a la discapacidad.

Introducción:

El presente ensayo tiene como principal objetivo conocer el papel que desempeñan los hermanos de personas con discapacidad, para  bordar esta temática tan relevante socialmente se llevará a cabo una revisión de literatura científica que permita brindar estrategias a padres de familia, profesionales de la salud y educación que estén interesados en lograr una mayor comprensión y acercamiento emocional hacia los hermanos de un niño con discapacidad. Se pretende identificar las estrategias que se han publicado, mediante investigaciones previas, que brinden información necesaria para la comprensión de los hermanos de un niño con discapacidad y como éstos pueden influir en la vida de un niño e incluso de la familia. Este documento se encuentra dividido entre la descripción del papel que juegan los hermanos y sus características así como de las estrategias que favorezcan la comprensión y el acercamiento emocional de  los padres hacia estos niños.

Los hermanos tienen un rol destacado en el futuro en cuanto a la vinculación, el sostén y la contención del niño con discapacidad, también asumen muchas responsabilidades en cuanto al cuidado y atención de su hermano, actuando con mayor madurez de lo que su edad o sus posibilidades le permiten (Ponce, 2007).

Desde muy pequeños, captan el clima familiar de preocupación, angustia o tristeza; por lo cual, asumen cargar con el peso de sostener a estos padres, como si se sintieran impulsados a cumplir con la misión heroica de compensarlos por la herida y el dolor mediante logros y satisfacciones permanentes (Núñez, 1998).

Una cosa es distribuir roles entre los hermanos, como se hace en cualquier familia, y otra convertirlos en los mejores cuidadores de su hermano con discapacidad, lo que puede obstaculizar su desarrollo social.Hay que evitar que la fratría cambie su rol de hermanos por el de padres, e incentivar a sus miembros para que se desarrollen como seres independientes, y no como una extensión del hermano con discapacidad (Núñez y Rodríguez, 2005).

Por tal motivo, los hermanos de niños con discapacidad necesitan recibir, de manera particular, comprensión, atención, apoyo y reconocimiento. Esto actúa como un potenciador de conductas positivas y un facilitador del ajuste psicológico, ya que hay una relación directa entre la percepción de apoyo social, bajos niveles de sentimiento de soledad y un buen funcionamiento académico (Fisman et al., 2000; Trent et al., 2005).

La sociedad espera que cualquier hermano preste ayuda a sus hermanos, ayudas de muchos tipos. Y de forma especial aquellas familias donde algún miembro tiene una discapacidad ya que las necesidades son mayores (Hanna y Midlarsky, 2005) y además también se demuestra que los hermanos de personas con discapacidad intelectual suelen ofrecen grados mayores de apoyo que otros hermanos que no presentan ningún tipo de discapacidad, aunque por supuesto esto no debe tomarse como una norma general. Varias son las investigaciones donde se constata la idea de que “tanto los hermanos/as mayores como menores de niños/as con discapacidad asumen papeles de cuidado aumentados en comparación con sus iguales” (Stoneman, 2006).

Pero el papel de los hermanos no depende únicamente de la propia persona, sino que depende en gran medida de lo que los padres les permitan o les exijan, según los casos. Tal y como dice Ponce (2007) los hermanos juegan un papel importante en la planificación del futuro de la persona con discapacidad, y se encuentra por un lado la preocupación que éstos sienten por hacerlo bien y su deseo de estar implicados pero, por otro lado, la dificultad de los padres de dejarles intervenir en la mayoría de los casos para no cargarles en exceso.

Del mismo modo, una visión optimista y de aceptación por parte de los padres en torno al hijo con discapacidad se correlaciona positivamente con un mejor ajuste personal de los demás hermanos (Guite et al., 2004).

“Muchos hermanos han sido educados desde pequeños para cuidar de su hermano con discapacidad y tienen derecho a elegir si desean o no ser sus tutores. Los hermanos no quieren hablar de obligaciones impuestas de cuidado. Quieren hablar de responsabilidad en el cuidado. Ser tutor, más que una obligación, tiene que ser un derecho que asuma el hermano con total libertad, y que sea él quien decida qué relación quiere establecer con su hermano con discapacidad” (Ponce, 2007).

Es necesario saber que para comunicarse e interactuar con el hermano que presenta discapacidad, así como para aprender a hacer frente a eventuales situaciones estresantes, los hermanos tienen que estar informados, necesitan comunicar lo que sienten, expresarlo y sentirse comprendidos (Lizasoáin, 2007).

Según Meyer (2008) dos son los motivos fundamentales por los que hay que tener en cuenta a los hermanos de personas con discapacidad:

  • Estos hermanos y hermanas van a vivir con los miembros de su familia que tienen necesidades especiales durante más tiempo que cualquier otro. Los hermanos y hermanas estarán ahí después de que se vayan los padres y de que los servicios de educación especial sean una memoria lejana. Si a esos hermanos y hermanas se les proporciona apoyo e información, pueden ayudar a que sus hermanos vivan de una forma digna desde la infancia hasta los años de vejez.
  • A lo largo de sus vidas, los hermanos y hermanas compartirán muchas de las preocupaciones que los padres de niños con necesidades especiales experimentan, incluyendo el aislamiento, la necesidad de información, la culpa, preocupación por el futuro y las continuas demandas de cuidado. Los hermanos y hermanas también hacen frente a otros temas que son exclusivos para ellos, incluyendo el resentimiento, aspectos de amigos, vergüenza y presión por los logros. (Meyer, 2008).

Las estrategias que se brindan son para los padres, profesionales de la salud y educación por lo que están centradas en fortalecer el acercamiento emocional familiar mediante la práctica de los siguientes objetivos (Lizasoáin, 2007):

  • Reconocer el estrés que puede conllevar la discapacidad para el resto de hermanos, minimizando sus efectos negativos.
  • Escuchar a cada hijo en su individualidad y dedicar tiempo para cada uno de ellos.
  • Limitar y distribuir entre los hermanos las responsabilidades en el cuidado del niño con discapacidad.
  • Implicarlos en las decisiones y eventos familiares.
  • Ofrecer oportunidades para llevar a cabo actividades en familia.
  • Desarrollar en el hijo con discapacidad sentimientos de valía y confianza, y hacerlo tan independiente como sea posible.
  • Ofrecerles informaciones sobre la discapacidad y ayudarles a desarrollar actitudes y comportamientos que les permitan afrontar situaciones estresantes de manera constructiva.
  • Permitir expresar sus sentimientos en relación a su hermano con discapacidad y en relación a las otras personas de su entorno.
  • Enseñarles a desarrollar su propio proyecto de vida y aspiraciones.

CONCLUSIÓN

Muchas investigaciones se han centrado únicamente en estudios partiendo de los riesgos creados por tener un hijo con discapacidad, pero considero que es posible lograr una visión positiva de la discapacidad y una implicación activa de los hermanos en la vida de estos desde el convencimiento de que tienen mucho que aportar.

Los niños pueden experimentar una gran variedad de sentimientos respecto a su hermano con discapacidad, pero lo que realmente marcará la diferencia serán las oportunidades que tenga cada hermano de compartir experiencias y de recibir información sobre la realidad que ocurre en nuestra sociedad actual en cuanto a los niños con capacidades diferentes, siendo este último uno de los elementos más importantes.

Es fundamental hacer hincapié en la idea de que todo esto es un proceso a lo largo de toda la vida y que se debe empezar a trabajar desde pequeños, para que poco a poco puedan ir tomando sus propias decisiones y formando esta relación de hermanos.

La toma de conciencia de los padres y profesionales de la salud y educación sobre este tema debe conducir a llevar a la práctica las estrategias de afrontamiento que permitan positivamente una mejor adaptación familiar a la discapacidad.

BIBLIOGRAFIA

Fisman, S., Wolf, L., Ellison, D. & Freeman, T. (2000). A longitudinal study of siblings of children with chronic disabilities. Canadian Journal of Psychiatry, 45(4), 369-375.

Guite, J., Lobato, D.J., Kao, B.T. & Plante, W. (2004). Discordance between sibling and parent reports of the impact of chronic illness and disability on siblings. Childrens Health Care, 33(1), 77 92.

Hannah, ME. & Midlarksy, E. (2005). Helping by Siblings of Children with Mental Retardation. American Journal of Mental Retardation, 110 (2), 87-99

Iriarte, C. y García-Ibarrola, S. (2010). Bases para la intervención emocional con hermanos de niños con discapacidad intelectual. Revista de Investigación Psicoeducativa, 8 (1), 136-166.

Lizasoáin, O. (2007). Impacto que puede conllevar tener un hermano con discapacidad: factores condicionantes y pautas de intervención. Siglo Cero Revista Española sobre Discapacidad Intelectual vol. 38 (39), 223, 69-88.

Meyer, D. and Vadasy, P.(2008). Sibshops: workshops for siblings of children with special needs. Baltimore, Maryland, Paul H. Brookes Publishing Co.

Muñoz, L.A. (2011). Impacto de la discapacidad en las familias, Revista Digital Innovación y Experiencias Educativas, Enero No 38.

Núñez, B. y Rodríguez, L. (2005). Los hermanos de personas con discapacidad: una asignatura pendiente (2ª edición). Buenos Aires, Asociación Telefónica.

Núñez, B. (1998): El niño discapacitado, su familia y su docente Buenos Aires, Grupo Editor Multimedial (Geema)

Ponce Ribas, A. (2007). Apoyando a los hermanos: tres propuestas de intervención con hermanos de personas con discapacidad intelectual. Cuadernos de buenas prácticas FEAPS; 8, Madrid: FEAPS.

Stoneman, Z. (2006). Hermanos de niños con discapacidad: temas de investigación. Revista Española sobre discapacidad intelectual, vol 37 (3), núm. 219: 13-30.

Origen del Masaje con Piedras…

Por: Psic. Francisco Arturo Olvera Minjares

Durante siglos, los seres humanos han utilizado los elementos que están a su alcance para buscar sanar su cuerpo y mantenerse en equilibrio con la naturaleza, de ahí que en diferentes culturas del planeta, se han dado cuenta que el aire, el fuego, la tierra, la madera y los metales, son elementos básicos a los que el hombre está unido de manera natural, es por esto, que las culturas mesoamericanas y orientales, utilizaron estos elementos en la mayor parte de sus relaciones, sus rituales y la preservación de la salud, rituales como el temascal, la danza del fuego, el uso de piedras como la turquesa, obsidiana, jade, piedras volcánicas o de rio y metales como : cobre y oro, para sanar y ofrendar, en estos rituales era muy común.

En las culturas de oriente y medio oriente, principalmente en la china,  japonesa, e hindú, los elementos tierra, agua, fuego, madera y metal, constituyen la base del equilibrio natural, cada uno influye en otro de manera positiva olos 5 elementos negativa, también en estas culturas, se descubre como la energía vital fluye en el cuerpo del ser humano, los chinos, nos hablan de los medianos, que definen como líneas de energía que fluyen a través del cuerpo y que pasan por distintos órganos  cada uno de ellos identificado con un elemento natural, de tal forma que si estimulamos algún punto de un meridiano, obtendremos el aumento o disminución de energía en los órganos del cuerpo, esto mantiene un equilibrio natural , la cultura hindú, nos habla de  Los chakras son vórtices (remolinos) esféricos en el cuerpo etérico que actúan como transmisores de energía. Tienen influencia en nuestra actividad en el plano físico a través del funcionamiento de las glándulas endocrinas (glándulas de secreción interna como la tiroides). Estas glándulas afectan a nuestro funcionamiento corporal, al balance mental y a la integridad emocional. Dependiendo del uso que les demos a ellos y a nuestras energías serán constructivos o discordantes

El masaje con piedras calientes, reúne todos estos elementos en una sola técnica, buscando la armonía y el equilibrio natural del cuerpo con su entorno, los 5 elementos principales los encontramos en la siguiente forma:

La MADERA, enciende el FUEGO que calienta el METAL que contiene el AGUA que cubre las PIEDRAS, las piedras por su naturaleza, se cargan de energía en forma de calor, que es trasmitida al cuerpo a través de los meridianos y los chakras.

Bajo este principio el uso de piedras calientes en el masaje no solo incorpora todos los elementos del equilibrio natural, sino que además el calor que de ellas emana es absorbido por los canales de energía para conseguir el equilibrio saludable y armónico del cuerpo.

La explicación occidental del por qué este masaje es tan saludable para el cuerpo humano tiene más que ver con la termoterapia y la estimulación nerviosa, de lo que hablaremos en otra ocasión.

¿Qué es la meditación?

Extracto del libro: Tantra, La Ciencia Eterna, de P.R.Sarkar

Muchas personas creen, por error, que la meditación es un producto instantáneo; tan solo sentarse y el proceso funciona mágicamente, arrullando al meditador en un mundo sin pensamiento, lleno de bienaventuranza, tranquilidad y luces brillantes. Cuando estas experiencias no ocurren en las primeras semanas de meditación, los nuevos practicantes suponen que están haciendo algo errado o que sus técnicas son defectuosas. Consecuentemente descontinúan la práctica debido a un simple malentendido.

Entonces, ¿qué se debe esperar en las primeras semanas de meditación? “La mente es como un mono loco picado por un escorpión”, dijo el gran yogui Ramakrishna, y todos los que comienzan a meditar e intentan concentrarse, saben que esto es cierto. Especialmente al comienzo, la mente es incontrolable y revoltosa. Al sentarse surgen muchos pensamientos; uno comienza a viajar mentalmente pensando en algo diferente, sonidos y ruidos desde afuera desvían su concentración interna, el cuerpo no quiere permanecer quieto, y al final, uno se levanta pensando que nada ha sucedido.

¡Pero ciertamente ha sucedido! Por medio de la práctica constante, la capacidad para  mantener fija la mente se aumenta. Así como el cuerpo de un atleta en entrenamiento adquiere fortaleza física y resistencia, así también el meditador que se esfuerza, desarrolla fortaleza mental y la capacidad para concentrarse. Es tan solo hasta después de algún tiempo que llega la etapa en que podemos verdaderamente fijar nuestra mente en el objeto de la meditación y mantenerla allí, es hasta entonces que se realiza la meditación verdadera.

Otra experiencia enigmática para algunos es que la mente parece aún más inestable después de comenzar la meditación. Surgen más pensamientos de lo normal y esto es tomado como si el proceso no estuviera siendo llevado a cabo correctamente. Pero es exactamente contrario a la verdad. La función de la meditación es trabajar internamente en la mente, eliminando todas las deformaciones e impresiones que nuestras acciones pasadas han registrado en nuestra mente subconsciente. Es como limpiar la casa: en medio del proceso, podría parecer peor que cuando empezamos, pero perseverando y no rindiéndonos a la mitad del camino, logramos limpiarla. Entonces, a medida que continuamos meditando, la mente se torna más y más clara.

Meditación es el esfuerzo por controlar y desarrollar la mente para realizar nuestra verdadera naturaleza. Es el medio a través del cual podemos desarrollar totalmente nuestro potencial en todos los niveles de la existencia. físico, mental y espiritual.

Características de las familias adoptivas que se adaptan satisfactoriamente

Por: Isis Penélope López Cortes

Resumen:

Mediante investigación documental se describe las características de familias que logran una adaptación satisfactoria en situación de adopción de menores. Con el propósito de facilitar la información al público interesado, se encontró que la adopción tiene grandes posibilidades de tener éxito, siempre que cuenten con la preparación previa para recibir al menor, y que revisen si tienen o se formen en características que tienen en común las familias exitosas, señaladas por investigaciones y la adaptación no depende del todo de las características del niño.

Introducción:

 Tener hijos implica la responsabilidad de cubrir sus necesidades tanto físicas como emocionales, educarlos, enseñarles valores, normas, de manera que puedan adaptarse a la sociedad (Labajo, 2008). Los niños adoptados y sus nuevas familias, tienen un reto extra, relacionado con su historia previa.

Describiendo factores que influyen en la adaptación exitosa del menor a la familia y viceversa se podrá comprender mejor lo que los investigadores han observado que le es de utilidad a una familia para tener mejor pronóstico en su adopción. Este trabajo, es de utilidad para las familias que enfrentan o que planean adoptar, para una mejor adaptación  a esta nueva situación de vida.

En nuestro estado existen instituciones en las que se realizan trámites de adopción, sin embargo, DIF nacional reporta que el 38% de las entidades no cuenta con servicio post adopción, por lo tanto, al  toparse en  la práctica psicológica,  con familias en búsqueda de este tipo de apoyo, se revela la necesidad de investigar y formar profesionistas en esta área, por parte de la Universidad Mundial la cual está comprometida con los más necesitados y desprotegidos de nuestra sociedad (DIF, 2007).

En el presente trabajo se  describe brevemente el significado de adopción, las situaciones que se pueden presentar ante la adopción, factores que pueden poner en riesgo la adaptación y características comunes  de las familias que encuentran mayor  satisfacción al adoptar.

Haciendo uso del acceso a internet, en una computadora se revisaran páginas de publicación científica, relacionados con el tema. Mediante el análisis de la información se seleccionara la más adecuada para cumplir con los objetivos del presente trabajo.

Metodología: investigación documental, de familias en la etapa posterior a la adopción legal, específicamente  niños adoptados después de los 8 meses de edad y menores de 12.

La adopción y sus implicaciones:

La palabra adopción, proviene del latín adoptatio, que significa elegir a un defensor, prohijamiento; y del griego adozos: despreciado y adoptare: aceptado (Jaimes, 2011); esto quiere decir que alguien toma, lo que otro deja y se lo  apropia con el fin de defenderlo. La adopción entendida como un medio de proteger a los niños en situación de casa cuna o casa hogar, para brindarles la oportunidad de satisfacer su derecho a desarrollarse en una familia, del mismo modo para la familia tener la oportunidad de cuidar y educar a un menor.

 Educar a un niño en situación de adopción, implica también, hacerse cargo de la historia que trae consigo y que seguramente no es una historia  agradable. La adopción puede servir para sanar sus heridas, se convierte en una oportunidad vida (Gómez, 2009). Para mejorar el pronóstico de la adopción es necesario conocer tanto factores de riesgo, como de protección (Berástegui, 2007; Mundaca, 2000).

Particularmente los infantes adoptados después de los 8 meses, presentan mayores riesgos en relación al apego, esto dificulta que establezcan vínculos adecuados con sus cuidadores, siendo un reto extra para los padres adoptivos (Mundaca, 2000). El mundo que conocen estos niños, las cosas y las personas son inestables, digamos que tienden a desaparecer; los niños por supuesto responden ante esta situación de diferentes maneras (Jaimes, 2011).

Mostrando conductas de hiperactividad, problemas de atención, conductas desafiantes, mentiras, agresividad (verbal y/o física), rabietas, robo, escaparse de casa, retrasos en  su desarrollo, o los opuestos, conductas de retraimiento, etc. Una variedad de conductas con las que ningún padre se quisiera topar, y por supuesto que no son exclusivas de los niños adoptados (Palacios, 2007).

La adopción no es una patología, es un intento  por proteger y garantizar el derecho de los niños a crecer en un hogar y formar parte de una  familia (Femenía, 2010; Jaimes, 2011).

La comprensión del proceso de adaptación ante esta situación, es mejor asimilado, cuando  se contempla todas sus  partes en interacción, no es solamente el niño con la carga genética e histórica que trae, también tiene mucho que ver las características de la familia y el entorno en el que se desenvuelve (Berástegui, 2007). Características de la familia, como la razón para adoptar, la salud de la pareja, los estilos de crianza y el manejo de límites, también tienen mucho que ver en el éxito de la adopción (Jaimes, 2011). Linda Katz (1992, citado en Mundaca, 2000)  dice que a pesar de las dificultades de salud, desarrollo, de conducta, apego, etc., la mayoría de las familias que tienen éxito, es debido a las características de estas, y no del niño exclusivamente.

 Factores que influyen en la adaptación de la familia en adopción

 Brodzinsky y Ramsay, (1985, citado en Mundaca, 2000) proponen factores que pueden influir en la adaptación de la familia, específicamente en el desarrollo de un vínculo:

–  Duelo: cuando la pareja no ha sanado respecto a la esterilidad, el hijo que no pudieron engendrar. Y el niño respecto a la pérdida de su familia biológica (Mundaca, 2000).

–  Durante la adopción legal: pueden experimentar ansiedad e incertidumbre. Depositar y exigir expectativas: de la personalidad del niño, de la conducta y de la reciprocidad de afectos (Mundaca, 2000).

–  Las valoraciones psicosociales durante la adopción legal: pueden generar ansiedad e inseguridades de ser idóneo o no, de tener o no capacidades para cuidar del menor (Mundaca, 2000).

–  Carecer de modelos: al ser hijos biológicos no cuentan con modelos de parentalidad adoptiva (Mundaca, 2000).

–  Pocas o nulas redes de apoyo familiares, sociales (Mundaca, 2000).

–  Tiempo de convivencia del menor con su familia biológica o de institucionalización Mundaca, 2000).

–  Errores de atribución: el es así, porque es adoptado (Mundaca, 2000).

–  Estilo de crianza autoritaria  o permisiva (Mundaca, 2000).

De Angelis, (2000, citado en MUNDACA, 2000) en investigaciones con niños adoptados encontró que las madres que respondían de forma acogedora incluso al rechazo cumplían una función terapéutica para el niño quien respondía de manera favorable. Característica que fue observada en otras  investigaciones las cuales había mayor éxito en la disminución de conductas disruptivas.

Existe evidencia de que la adopción tiene resultados favorables en el desarrollo de estos niños, incluso en comparación con niños criados por sus padres biológicos, pero que tienen afectos ambivalentes o de rechazo ante estos. Investigaciones realizadas en España indican que las posibilidades de satisfacción familiar que se puede alcanzar son mayores a 80% en estudios realizados a familias con adolescentes adoptados (Fernández, 2012). Del mismo modo, la familia también tiene una buena oportunidad de tener un buen funcionamiento tomando las medidas adecuadas (Gómez, 2009).

 Características de las familias exitosas:

Lograr la adaptación tras la adopción, quiere decir, que la familia alcanza un nivel de funcionamiento satisfactorio, sin significar esto que las crisis han terminado, puesto que la vida es continuo de cambios, que conllevan a la crisis (Berástegui, 2007).

Las investigaciones describen características de los padres adoptivos que tienen mayores probabilidades de éxito con su familia:

–  Prepararse para la paternidad adoptiva, en grupos y/o en pareja para la llegada del menor (Jaimes, 2011), entender cuando y como se pueden presentar situaciones, normales en adopción.

–  Tolerancia a los sentimientos ambivalentes en relación al menor. El no juzgarse tan duramente puesto que las conductas de rebelión o rechazo que se pueden presentar pueden ser difíciles pero esperables en esta situación (Mundaca, 2000).

–  Retardan la necesidad de ser correspondidos afectivamente. El niño expresa su temor a la situación en base a su experiencia, no es rechazo directo a su persona. Poder separar el deseo de tener hijos, del deseo de criarlos (Femenía, 2010). Cuando los padres renunciaban a su expectativa de ser correspondidos con afecto, pueden verse como padres de profesión y dar la oportunidad de desarrollarse lo más sano e independiente posible.

–  Reconocer y encontrar felicidad en pequeñas mejorías (Mundaca, 2000).

–  Flexibilidad en el  estilo de crianza de estilo democrática, y los roles, los cuales son compartidos (Mundaca, 2000).

–  Visión sistémica de la familia: visión total de la familia, cada integrante es importante e influye en el funcionamiento de esta, si algo anda mal, es responsabilidad de todos (Mundaca, 2000).

–  Apropiarse, validar y reconocer su rol como padres. Sobre todo el uno al otro como padre y madre, esto le permite al niño identificarse conforme necesita en su desarrollo (Femenía, 2010).

–  Postura proactiva en el cuidado y control del menor (Mundaca, 2000).

–  Humor y auto cuidado. Mantener su capacidad de disfrute, dándose tiempo de descanso personal y conyugal (Mundaca, 2000).

–  Contar con redes de apoyo de familiar en caso de requerir apoyo con el o los menores (Mundaca, 2000).

–  Momentos de interacción positiva, satisfactoria Aprovechar y promover  momentos emotivos para estrechar lazos (Mundaca, 2000).

–  Rituales o ceremonias de bienvenida, de pertenencia. Esto manifiesta la permeabilidad en la familia, el menor puede experimentar abiertamente la recepción afectiva que le proporciona la familia extensa y amigos de la familia (Mundaca, 2000).

–  Actitud positiva y comunicación abierta respecto a la adopción. La adopción está lejos de ser una patología, es más bien una oportunidad de una vida mejor. La connotación que se le da influye directamente en la postura que tomara tanto la familia como el menor (Mundaca, 2000).

 Rushton (2003, citados en Palacios, 2007), Lenerz, Gibbs y Barth (2006, citados en Palacios, 2007) Afirman que la adopción es un proceso que dura toda la vida, por lo tanto las necesidades de todo el sistema van cambiando conforme se van desarrollando sus integrantes y el conjunto.

En el mejor de los casos, la apertura de la familia adoptante puede permitir al menor integrar a su identidad e historia de vida, incluyendo a su familia biológica desde una connotación positiva (Labajo, 2008),con su apertura y comunicación, reestructurando en su mente o verbalmente su historia, el individuo adoptado puede  sanar los vínculos lastimados que tiene para que pueda integrar su identidad y su historia, junto con su nueva familia (Femenía, 2010), respetando sus diferencias con aceptación (Labajo, 2008).

Conclusión:

La adaptación a una adopción en la familia, implica las características y disposiciones de todos los integrantes, más allá de depender del la historia o la genética que traiga el menor, existe basta evidencia de los beneficios que esta oportunidad puede traer en consecuencia y hay características observadas en común en las familias satisfechas al adoptar.

Realizar programas de formación y difusión de estos conocimientos puede ser en beneficio de la niñez situación de  casa cuna o hogar.

  “La adopción es una historia de vínculos que se rompen. Vínculos que intentan mantenerse. Vínculos que se construyen. Los que se rompen deben ser elaborados, los que se construyen acompañados. Nuestro trabajo comienza con un abandono y con el deseo del encuentro. Pero no termina cuando estos se concretan”.Cristian de Renzi (1997, citado en Femenía, 2010).

 Referencias bibliográficas:

  1. Femenía, Alicia y Muñoz, Mayte(2010). Cuadernos de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente: El abordaje terapéutico con familias adoptantes: nuevas formas de parentalidad. Edit. Sociedad Española de Psiquiatría y psicoterapia del Niño y del Adolescente. No 50 2º semestre. España. Pp. 5 – 22. ISSN: 1575-5967
  2. Labajo, Gabriel y Bueno, Natividad (2008). Guía didáctica en materia de adopción para educación infantil y primaria. ARFACYL. Castilla España.
  3. Gómez,Blanca yBerástegui, Ana (2009). El derecho del niño a vivir en familia. Instituto Universitario de la Familia en la Universidad Pontificia. Vol. 67, núm. 130. Madrid. pp. 175-198.  ISSN 0210-9522
  4. Berástegui, Ana (2007). La adaptación familiar en adopción internacional: un proceso de estrés y afrontamiento. Instituto Universitario de la Familia, Universidad Pontificia. Anuario de Psicología, vol. 38, nº 2. Facultad de Psicología. Universidad de Barcelona. Pp. 209-224.  ISSN 0066-5126
  5. Mundaca, Mario, et.al (2000). Factores que Influyen en el apego y la adaptación de los niños adoptados.Revista de Psicología, vol. IX, núm. 1. Universidad de Chile. ISSN: 0716-8039
  6. Palacios Jesús (2007). Después de la adopción: necesidades y niveles de apoyo. Universidad de Sevilla. Anuario de Psicología vol. 38, nº 2. Barcelona, Pp. 181-198.  ISSN 0066-5126
  7. Jaimes, Beatriz y Martínez, María Del Consuelo (2011). Funcionamiento familiar en una muestra de padres adoptivos: Seguimiento post-adopción.Revista Psicología Científica 13(5). México  http://www.psicologiacientifica.com/padres-adoptivos-seguimiento. ISSN: 2322-8644.
  8. DIF Nacional (2007). Sistema Nacional para el desarrollo integral de la familia.. Diagnóstico de la adopción en México. DIF Nacional: México.
  9. Fernández, Milagros; Fuentes, Ma. Jesús; Fernández, Pablo (2012). Predictores de la satisfacción parental en familias con hijos adolescentes adoptados. Revista Mexicana de Psicología, vol. 29, núm. 1. Sociedad Mexicana de Psicología A.C. México.  pp. 49-56. ISSN: 0185-6073

Maltrato y violencia familiar en los niños(as)

Por: María Guadalupe Santana Flores

Resumen:

El ensayo  aborda el tema del maltrato infantil en el ámbito familiar, analizando el trabajo de algunos autores con orientación psicoanalítica. La importancia de este tema, radica en la trascendencia, ya que actualmente ha pasado a ser un problema de salud pública en el que varias posturas coinciden en la investigación  y la creación de herramientas tanto preventivas como de análisis de los casos reportados. Resulta importante, unificar modelos de intervención y los aspectos clínicos, psicosociales y judiciales que condicionan la utilización de diferentes criterios en la conceptualización del maltrato infantil.

 Introducción.                                                                                                   Si bien es cierto que la violencia familiar no es un fenómeno nuevo, ya que se ha presentado desde tiempos remotos, y solo a partir de
l siglo pasado se convierte en un problema generalizado, llegando a ser considerado como una problemática de salud pública, claro está, siendo más patente en algunos países como el nuestro. Por ello el fenómeno de la violencia familiar solo empezó a estudiarse como tal, a mediados del siglo XX por diversas disciplinas como la pediatría, la psicología, la psiquiatría, entre otras. Lo que es nuevo es la conciencia que se tiene del tema, además de posibilitar la reflexión y buscar alternativas al problema. Debido a la influencia del reconocimiento de la personalidad del niño y de los derechos que le son propios. La repercusión de esta violencia, en el desarrollo del niño ha sido estudiada estos últimos años: se han difundido ciertos disturbios específicos, tanto más graves mientras más pequeño es el niño, y esté bajo la total dependencia de sus padres. Estos estudios, además, han demostrado la repercusión a largo plazo de las experiencias infantiles procesos en la medida en que, una vez vueltos adultos, estos jóvenes van a reproducir muy probablemente los mismos comportamientos de violencia, en relación con sus propios hijos. De ahí la importancia que tiene la prevención, para desarmar este círculo vicioso.

Para  el desarrollo del ensayo se realizará,  investigación bibliográfica de diversos autores, que han abordado el tema, desde la perspectiva psicoanalítica y social, analizando  lecturas y desarrollando  aportaciones en relación al mismo.

Las consecuencias de la violencia familiar en el desarrollo del niño son múltiples, pero algunos rasgos de comportamiento parecen más específicamente vinculados a la experiencia, la violencia de los abusos y su repetición (Azaola, 1993).

 Además de los daños somáticos graves que puede provocar un traumatismo físico violento, el niño reacciona a la violencia repetitiva con un estado de insensibilidad, desamparo y apatía, se torna insensible a los cuidados que le prodigan en lo inmediato. Algunos niños están más expuestos que otros a los maltratos. Las situaciones particulares los designan como niños “blancos”, víctimas  electivas de violencia, mientras que a los demás hermanos en ocasiones ni se les toca. Esta noción clásica es, de hecho, discutible, pues los maltratos que tienen que ver con el resto de la familia, pueden estar ocultos. Un niño/a puede estar más expuesto, si nació de una primera unión y no es aceptado/a por el  nuevo consorte, o si su nacimiento, ha venido a romper el equilibrio frágil, y pone a la familia en dificultades. Los motivos son a veces menos evidentes: el sexo, la apariencia física del niño, su voracidad o su apatía pueden provocar de entrada un rechazo por parte de padres inmaduros (Dolto, 1987).   El niño/a está en una posición de gran vulnerabilidad, si nace prematuramente, con impedimentos o si ha sido precozmente separado de sus padres. En el caso del niño/a con capacidades diferentes, se les mantiene en el hogar y la posible intolerancia de los padres no es detectada, los impedimentos del niño/a pueden ser negados o ignorados, y entonces, es maltratado como si sus dificultades fueran la prueba de su mala voluntad, o puede ser sometido a manipulaciones absurdas con miras reeducativas. El niño/a protegido por uno de los padres puede ser maltratado por aquel que se siente excluido. En las investigaciones con gemelos (Lebovici S., 1995), aunque actualmente la mayoría de los padres están informados con anterioridad, la llegada de dos niños, puede provocar el rechazo de uno de ellos. La diferencia de aspecto o de sexo y la separación de uno de los bebes en un centro de cuidados, inducen a una separación entre el niño bueno y el enfermo. Por razones propias de la historia de los padres el niño/a que es rechazado, no es siempre ni el más frágil, ni el menos gratificante.

Los padres que maltratan.

Los padres que pasan al acto de manera agresiva hacia un niño pueden tener estructuras psicopatológicas muy diversas. Tienen comportamientos obsesivos y fóbicos que los relacionan con estados límite o las neurosis de carácter. En los casos de negligencia grave, se señala muchas veces el estado depresivo severo, en los padres y/o manifestaciones fóbicas en relación con el niño/a. En ocasiones es difícil para que, el que interviene tenga una idea precisa de los disturbios, que presentan los padres (Lebovici, 1995). Sin embargo, el conocimiento profundo del funcionamiento psicológico de los padres, es una fase indispensable antes de cualquier atención; esto permite apreciar sus posibilidades de movilización de las cuales depende la seguridad del niño. La atención a este problema debe ser obviamente multidisciplinaria, a fin de llegar a una visión relativamente objetiva de la situación. El conocimiento de la historia de los padres, de su infancia, de su vida de pareja y la observación de las interacciones con sus hijos, pueden hacer que se aprecie el significado de los maltratos y determinar la ayuda que es posible proponer (Lebovici, 1995).

En muchos casos, por el bien del niño habrá que ayudar a los padres más que castigarlos,  obtener su confianza y  su cooperación en las medidas consideradas para iniciar un tratamiento. Por lo tanto, hay que excluir toda agresividad hacia ellos y tratar de analizar sus antecedentes, su personalidad y la del niño, así como las interacciones recíprocas.

El abordaje y enfrentamiento de situaciones de maltrato, no sólo demanda formación técnica y profesional de quienes  intervienen en este tipo de conflictivas, sino también una actitud y formación ética, compatible con la problemática que se está abordando. En este sentido, el trabajo con niños/as que son víctimas de agresiones, requiere de un marco o contexto básico, en donde las estrategias específicas de acción se integren y adquieran sentido.

Uno de los elementos importantes, a desarrollar en la sociedad para analizar el tema, sería flexibilizarse, sensibilizarse y aceptar que todos somos iguales y que, por lo tanto, cada persona, sea niño, joven, mujer, adulto o anciano, merece la igualdad de espacios para desarrollarse, el respeto a sus derechos más elementales, una libertad plena para pensar diferente y un trato digno y sin violencia.

Referencias Bibliográficas

  1. Azaola, Elena (2005). Violencia Intrafamiliar y Maltrato Infantil. Comisión Nacional de Derechos Humanos.
  2. Dolto, Fracoise (2000). Dolto para Padres. España: Plaza & Janés.
  3. Gerber, Daniel et. al. (2011). Desafíos en la Clínica Psicoanalítica Actual. México. Circulo Psicoanalítico Mexicano
  4. Lacan, Jackes (1987). La familia. Buenos Aires: Argonauta.
  5. Lebovici, Serge (2005). Diagnósticos en la Infancia. Buenos Aires: Ediciones Novedades Educativas.
  6. Secades, Yolanda (2002). Violencia Familiar. México: Programa Mujer y Salud Secretaría de Salud.

Maltrato infantil dentro de la familia

Por. Lic. en Psic. Martha Patricia Vásquez

RESUMEN 

 “En este trabajo se abordó el tema del maltrato infantil  en el ámbito familiar. Se realizó un análisis de la concepción del niño maltratado con dos diferentes autores  haciendo un recorrido histórico de la problemática hasta llegar a nuestro tiempo. Como conclusiones se comprometió a los profesionales de la salud a buscar estrategias de intervención planteando diferentes premisas que no justifican el maltrato infantil”   

ABSTRACT

«This study broached the subject of child abuse in the family. An analysis of the conception of the abused child with two different authors doing a historical overview of the problem down to our time. As conclusions pledged to health professionals to seek intervention strategies considering different premises that do not justify child abuse «.

  INTRODUCCIÒN

En este ensayo se abordará el tema del maltrato infantil en el ámbito familiar. Se hace un recorrido al trabajo de dos autores que abordan la problemática.

Es necesario hacer un análisis a las concepciones que tenemos con respecto a la violencia o maltrato infantil.

En un primer momento se desarrollara la primera concepción y posteriormente se analizará la otra.

La importancia de buscar una definición es porque se busca justificar dicho acto con la idea de la buena educación,  formación de valores e implementación de reglas en las familias.

Como parte de la idiosincrasia de la cultura mexicana y latina se ha encontrado un tipo de maltrato como formas de educación que utilizan las familias  en las  diferentes generaciones.

Se ha utilizado el maltrato como parte de las técnicas  para generar la buena conducta en los niños, si recordamos las frases que nuestros abuelos y quizás aún padres de esta generación mencionan como parte de la ideología heredara, “¡El que te pega…Te quiere bien!”.

Para definir el maltrato debemos unificar los distintos modelos de trabajo-intervención y los distintos aspectos clínicos, psicosociales y judiciales que condicionan la utilización de diferentes criterios en la conceptualización del maltrato infantil.

La importancia de la familia en el proceso de socialización del niño y el papel de las madres en la educación y del padre como jefe de familia, las diferentes tipologías familiares, tradiciones sociales y leyes, entorno social o urbano, han condicionado el desarrollo social de la infancia, no siendo hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando la familia adquiere las características según nuestra concepción actual de los lazos familiares y del papel de los niños en ella.

En la mitad del siglo XX, La crianza del  niño consistía en formarle y guiarle por el buen camino para adaptarle a la vida en la sociedad. El padre comienza a interesarse por el niño no solo de forma ocasional, e incluso ayuda  a la madre en tareas de crianza.[1]

Actualmente, en muchas familias, cuando alguien quiere intervenir en favor de un niño, se dice: “él es mi hijo y yo hago lo que quiero con él”; es decir, el concepto de «propiedad privada» está internalizado  en nuestra forma de ver y entender las relaciones con nuestros hijos.

Las causas que explican este fenómeno de violencia responden a múltiples factores.

Entre ellos se pueden mencionar:

  • Factores propios del agresor, como son sus características culturales, biológicas o psiquiátricas.
  • Factores propios del agredido, como son las desventajas del niño en términos de  problemas físicos, mentales o el desapego afectivo.
  • Factores ambientales, como la pobreza.
  • Factores culturales, tales como la creencia que el castigo es parte de la crianza de los hijos, en una sociedad centrada en los derechos de los adultos.

Flexibilizarse, sensibilizarse y aceptar que todos somos iguales y que, por lo tanto, cada persona, sea niño, joven, mujer, adulto o anciano, merece la igualdad de espacios para desarrollarse, el respeto a sus derechos más elementales, una libertad plena para pensar diferente y un trato digno y sin violencia.[2]

 CONCLUSIONES:

El abordaje y enfrentamiento de situaciones de Maltrato no sólo demanda formación técnica y profesional de quienes  intervienen en este tipo de conflictivas, sino también una “actitud” y formación ética, compatible con la problemática que se está abordando. En este sentido, el trabajo con niños/as que son víctimas de agresiones,  requiere de un marco o contexto básico, en donde las estrategias específicas de acción se integren y adquieran sentido.

Algunas premisas:

  • No existe ninguna razón que justifique la violencia hacia un niño/a.
  • La violencia no debe tener un lugar dentro de la familia.
  • Nadie merece vivir con miedo, amenazado, lastimado  o insultado dentro de su propia familia.
  • El que abandona,  golpea el alma y el cuerpo es responsable de su propio comportamiento.
  • La conducta violenta se desarrolla en forma progresiva, por lo tanto se deben evitar nuevas crisis.
  • La idea de que quien ejerce  la violencia es “provocado/a”, constituye un mito, que contribuye a mantener y  tolerar la agresión.
  • Cuando la violencia ha comenzado en una familia, es muy difícil que se detenga espontáneamente,  tendiendo a aumentar con el paso del tiempo.

BIBLIOGRAFIA:

  • Casados Flores Juan, José A. Díaz Huertas, Carmen Martínez González, (1997), Niños Maltratados, Editorial Díaz de Santos. S. A., Madrid
  • Iván Zamora Z. (1998), Maltrato Infantil, Coordinador Paicabí, Centro de promoción y apoyo a la infancia. Chile.
  • Arruabarrena, M.I., De Paúl, J. Torres, B. (1990), El Maltrato Infantil: Detección, Notificación, Investigación y Evaluación. Guía Básica de Utilización. Programa de Mejora al Sistema de Atención Social a la Infancia (SASI). Ministerio de Asuntos Sociales, España.


[1] Casados Flores Juan y cols. ( 1997) Niños Maltratados.

[2] Iván Zamora Z.( 1998) Maltrato Infantil.

Convivencia e inteligencia emocional en niños y jóvenes en edad escolar

Por. Yadhira Flores Nevárez

El presente estudio bibliográfico tiene como principal objetivo,  reconocer el grado de convivencia e inteligencia emocional entre escolares, ya que, es un tema de actualidad de gran relevancia social debido, principalmente, a que la escuela es una de las instituciones, junto a la familia, en la que se forman los niños y adolescentes. Para abordar este tema será imprescindible conocer, entre otras cosas, qué grado de inteligencia emocional manejan los niños y jóvenes en la convivencia diaria en el aula entre sus pares. En este trabajo, se estudiará la relación entre variables tales como empatía, autocontrol e impulsividad, que forman parte del constructo denominado inteligencia emocional. Los resultados son alentadores, ya que permiten diseñar programas concretos de intervención en relación con la empatía hacia sus propios pares. Es un compendio de información bibliográfica acerca del surgimiento e importancia de la aplicación de programas focalizados a la identificación y enseñanza de la inteligencia emocional (IE) a nuestros niños y jóvenes, realizado como base de un anteproyecto de tesis para la obtención del grado de posgrado en terapia de pareja y familia.

La inteligencia es un tema por demás discutido y, sin embargo, al intentar definirlo, aún no hay parámetros de concordancia.[1] Si  concebimos a la inteligencia como el salir airoso en un medio complicado, resolviendo los problemas y sabiendo adaptarse a los problemas de la vida, nos podremos dar cuenta de que la mayoría de las veces se requiere algo más que el coeficiente intelectual para avanzar (Gardner, 1995).

Es decir, la inteligencia (proveniente del latín, intellegere, término compuesto de inter “entre” y legene “leer, escoger”, por lo que etimológicamente, inteligencia es “saber escoger” las mejores opciones para resolver una cuestión)[2] y la emoción (del latín emotio, que significa “movimiento o impulso” ; en psicología se define como aquel sentimiento o percepción de los elementos y relaciones de la realidad o la imaginación, que se expresa físicamente mediante alguna función fisiológica como reacciones faciales o pulso cardiaco e incluye, reacciones de conducta como la agresividad, el llanto)[3] son tan antiguas como la ciencia misma y existen múltiples estudios al respecto.

Sin embargo, el término inteligencia emocional, no ha sido estudiado ni discutido como estos conceptos de manera aislada. Este tiene sus antecedentes en el proyecto Spectrum de Howard Gardner, quien es el creador de las inteligencias múltiples, él fue el primero en criticar y reconocer que el repertorio de habilidades del ser humano va más allá de la palabra-número en que se enfocan los estudios tradicionales. Gardner sostiene que deberíamos pasar menor tiempo “evaluando” niños y más tiempo “ayudándolos” a identificar sus gracias y competencias naturales, para así cultivarlos.

Posteriormente, esta propuesta de Gardner es retomada por Goleman en su libro Inteligencia emocional,[4] donde gracias a él se populariza el término y que este llegara a las masas, el cual profundiza en el tema y lo aterriza en el léxico de la población como la capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. Goleman estima que la IE (inteligencia emocional) se puede organizar en torno a 5 capacidades: Conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación y gestionar las relaciones.

La importancia de la IE radica en aprender a administrar las emociones para que éstas trabajen a favor de la persona. La carencia de alfabetización en IE en las instituciones educativas de nuestro medio ha incidido en el comportamiento aislado, deprimido, indisciplinado, impulsivo y agresivo de los estudiantes y también en sus  aprendizajes pedagógicos. El bajo desarrollo de la IE acentúa el aislamiento, la ansiedad, la depresión, los problemas de atención o del pensamiento, la delincuencia y la agresividad.

Es por eso que se debe considerar de vital importancia, la necesidad de conocer la capacidad de adaptación, tolerancia a la frustración, toma de decisiones, autoconocimiento, en fin, todo lo que engloba la inteligencia emocional en sí, para que de esta manera, sea un punto de partida, para la aplicación de programas en instituciones educativas que promuevan  el autocontrol, la empatía y el arte de escuchar, resolver conflictos y colaborar con los demás. Pero se necesita en primera instancia conocer y detectar en qué nivel se encuentran nuestros estudiantes en materia de inteligencia emocional, para que, a partir de este constructo (inteligencia emocional) se llegue a la acción (aplicación de programas enfocados en el fortalecimiento en materia de inteligencia emocional).Si bien el fenómeno de instigación escolar, no es nada nuevo, si lo es el hecho del aumento de casos de depresión, suicidios, vandalismo, etc en el adulto joven (18-34 años). Personas incapacitadas para adaptarse a su entorno de manera eficaz, por la exposición repetitiva desde su infancia de conductas agresivas (físicas y psicológicas) y sin las herramientas emocionales para adaptarse a las mismas.

“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.

Aristóteles, Ética a Nicomaco.

 Bibliografía

  • Entrevista con Howard Gardner en INTERNET, http://www.zona.mcye.gov.ar/Zonaeducativa/revista 18/reportaje.html.
  • Gardner H (1995).  Inteligencias múltiples. Barcelona: Paidós
  • Goleman D (1995). Inteligencia Emocional.  E.U.A:Vergara.
  • Wikipedia, Definición de emoción, http://es.wikipedia.org/wiki/emoción
  • Wikipedia, Definición de inteligencia, http://es.wikipedia.org/wiki/inteligencia
  • Papalia D,Wendkos S, Duskin R (2001). Psicologia del Desarrollo. Colombia: Mc Graw-Hill.

[1] Papalia D,Wendkos S, Duskin R. Psicologia del Desarrollo. P. 392.

[2] es.wikipedia.org/wiki/inteligencia

[3] es.wikipedia.org/wiki/emoción

[4] Goleman D. Inteligencia Emocional

Diferencias del duelo en los padres por el nacimiento de un hijo con discapacidad

Por. Lic. Psic. Yusahara E. Martínez Cabrera

El padre y la madre, afrontan de manera muy diferente la discapacidad de un hijo, cuando los padres reciben el diagnostico de que su hijo tiene una discapacidad se inicia un proceso de duelo, cuyo proceso se complica, pues supone independizar  su ensoñación de aquel hijo ideal para acercarse a la realidad del hijo con discapacidad. Este es un proceso largo pero necesario, el de “aceptar” al hijo.  Todos los padres reaccionan con una conmoción y tristeza profunda a la noticia de que su hijo tiene características físicas, emocionales o psicológicas diferentes a las del común de los niños, se resisten a afrontar la verdad; evitan mirar la situación real y distorsionan los hechos para que parezcan más aceptables. Paniagua, G. (2001)

Concepto de discapacidad

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2011), la discapacidad “es cualquier restricción o impedimento para la realización de una actividad, ocasionados por una deficiencia dentro del ámbito considerado normal para el ser humano”.

Tipos de discapacidad.

  • Discapacidades intelectuales: involucra un déficit en el rendimiento intelectual
  • Discapacidades auditivas, visuales y del lenguaje: incluye deficiencias visuales, auditivas o de fonación
  • Discapacidades neuro motoras: la capacidad física del sujeto
  • Alteraciones graves de la capacidad de relación y comunicación.

Padres ante el diagnostico de discapacidad de su hijo.

Los padres, después de sufrir el impacto del diagnóstico, asumen la postura de negar las diferencias y la discapacidad de su hijo. (Kasan y Marvin 1984).

Esa actitud se extiende hasta negar el diagnóstico o poner en duda el que le ha sido comunicado por la institución que ha estudiado al niño .La negación del problema genera razonamientos y “maniobras emocionales”, que conducen a los padres a la evasión de la gravedad del defecto, y sus implicaciones en el niño. Suele ocurrir que algunos demuestren un ambiente de normalidad, de ausencia de factores estresantes; mientras que otros esperan que sobrevenga una pronta e idealizada recuperación. (Sorrentino, 1990:16).

Puede suceder que la pareja quiera atribuirse, uno al otro, la responsabilidad o la paternidad del defecto; surge así un sentimiento de culpa, que lastra la unidad necesaria para enfrentar y superar el momento de crisis que atraviesan.  (Ibis, 1990)

La interrupción de la trayectoria laboral de la madre, la reducción de la esfera de las relaciones sociales, la desaparición del tiempo libre, la eliminación de las visitas a los amigos, constituyen frustraciones vitales, que pueden conducir al rechazo por el hijo (reacción involuntariamente inconsciente), que no necesariamente conduce al abandono de este. Soifer (1993)

Pasa a segundo plano la necesidad de mantener y cuidar su aspecto físico y de satisfacer otras necesidades familiares y personales. En ocasiones, se crea una situación cíclica porque la madre puede percatarse, con ayuda externa o sin ella, de su estado y una reacción la llevaría a atender los roles abandonados, lo que la lleva a autoevaluarse como “mala”, por no dedicarle todo el tiempo al hijo discapacitado, por lo que los vuelve a abandonar, ahora con mayor fuerza y mayores sentimientos de culpa. Toda esta situación va en detrimento de la madre, ya que con frecuencia es objeto de la “tiranía” de un hijo que ella misma ha modelado con actitudes sobreprotectoras extremas. (Kasan y Marvin 1984)

La crisis por el diagnostico de un hijo con discapacidad

El equilibrio de la familia queda generalmente descompensado, tanto el funcionamiento interno de la familia como sus relaciones con el mundo exterior, se altera.  En los padres ante el diagnostico de discapacidad de su hijo se dan una serie de sentimientos, que impiden comprender la situación y que muchas veces los paraliza.  Son una serie de reacciones naturales ante los aspectos negativos de la limitación, surgen como una defensa primitiva ante el sufrimiento psicológico, actúan como un anestésico, de efecto inmediato, aunque temporal, que da a la estructura psíquica tiempo para elaborar un sistema de defensa más adecuado. Es característico en este momento que los padres tengan una visión muy limitada de su situación. Están aturdidos y presentan dificultades para responder ante la persona y situaciones de la vida diaria. (Paniagua. 2001)

Esto incide en la manera como entienden las cosas que el equipo de profesionales que atienden a su hijo le dicen acerca de su diagnóstico y pronóstico. La información que en ocasiones se le intenta transmitir, es en palabras de los profesionales, “como sino las entendieran”, se produce un desfase entre el saber y la verdad: comprenden las palabras pero no escuchan la verdad, pues está implica un dolor intenso y en muchos casos es destructivo para la estabilidad emocional. . (Ibis. 2001).  Es igualmente importante hecho de que este proceso se da justo en el momento en que su hijo más los necesita a nivel de la aceptación, protección y apoyo. Como vemos el nacimiento del niño con discapacidad, produce una crisis que tiene varias fases la primera: es la fase de shock, la segunda es la fase de reacción y la última es la fase de la realidad, en la que se produce una adaptación al problema, puesto que los padres tienen que enfrentarse a la crianza del niño o niña con discapacidad.  Por otra parte, diversos autores (Ingalls, 1989; Cunningham y Davis, 1994; Jasso, 2001; Nuñez, 2003) comentan que “el hecho de identificar a un niño con características diferentes invalida la estructura familiar y provoca inseguridad y ansiedad, esto hace más difícil el que los padres sientan apego por el niño o la niña en el sentido de que éste los complete o valide”. Al oír el diagnóstico, algunos padres sienten un fuerte impulso protector. Otros continúan estando inciertos e inseguros sobre sus sentimientos durante meses.

Durante este tiempo, tratan de predecir cómo será el futuro con el niño, qué problemas surgirán y cómo se enfrentarán con ellos en el porvenir.  “Los padres de niños con características diferentes sufren una fuerte conmoción al recibir la noticia de la discapacidad de su hijo, rompe todas las expectativas y los sumerge en una inesperada sensación de desconcierto y preocupación que se va transformando en un sentimiento de impotencia y soledad”. Muntaner (1998).

La reacción por género

En la mayoría de estudios sobre el tema, se valora el impacto que tiene el nacimiento de un hijo discapacitado en el núcleo familiar o en la madre.  “Los padres en muchos casos son los que sufren mayor depresión”. (Kasan y Marvin 1984), debido quizás a la dificultad que tienen para expresar sus afectos, en este sentido, suelen presentar un acercamiento progresivo y gradual, en cambio las madres muestran periodos de euforia y crisis, presentando una mayor tendencia a la aflicción, a sentir sentimientos de culpa y a necesitar exteriorizar sus sentimientos, lo que les ayuda a evitar la depresión.

 Al interior de las aulas o espacios de rehabilitación, el padre brilla por su ausencia. Es común identificar que el mayor peso de la responsabilidad a este nivel es delegado y asumido por las madres, las mujeres. Son ellas, las que asumen  en ocasiones de manera estoica  el compromiso de “sacar adelante a sus hijos”, haciendo frente a cualquier adversidad, asumiendo cualquier costo, hasta el descuido y la renuncia hacia sí misma. Es común identificar a muchas madres que “dan la vida por sus hijos”, y esto en el sentido estricto de la palabra es permutar su vida por la de su hijo. (Kazán y Marvin 1984)

MADRE/PADRE (Cuidadora primaria) (cuidador secundario).

Las madres con hijos con discapacidad, la expresión o sentimiento de duelo se manifiestan ante la realidad de tener un hijo con deficiencia, hecho que repercute dolorosamente en ellas, ya que estas pierden la ilusión y la idea del hijo perfecto, sano y “normal”. En el duelo del padre aparecen con mayor intensidad sentimientos de rechazo, vergüenza, tristeza, etc. Todo lo cual a su vez disminuye la motivación y participación activa del padre en la aceptación y rehabilitación del niño. No exteriorizan sus sentimientos y no lloran, e incluso evitan cualquier mención o referencia de su “pérdida” y muchas veces se incorporan rápidamente a su vida corriente, siendo esta una forma aparentemente “normal” de afrontar la pérdida. Soifer (1993)

La interrupción de la trayectoria laboral de la madre, la reducción de la esfera de las relaciones sociales, la desaparición del tiempo libre, la eliminación de las visitas a los amigos, constituyen frustraciones vitales, que pueden conducir al rechazo por el hijo (reacción involuntariamente inconsciente), que no necesariamente conduce al abandono de este.  Se dedica por entero a cumplir su rol de “madre del hijo discapacitado” y olvida que tienen otros hijos (en los casos en que exista), un esposo que también sufre, etc. Evita sus obligaciones como padre de manera inconsciente muchas veces deja sola a su cónyuge. Cree que es ella quien tiene la obligación de velar por el bienestar del hijo que procreado.(Paniagua. 2001)

Se crea una situación cíclica porque la madre puede percatarse, con ayuda externa o sin ella, de su estado y una reacción la llevaría a atender los roles abandonados, lo que la lleva a autoevaluarse como “mala”, por no dedicarle todo el tiempo al hijo discapacitado, por lo que los vuelve a abandonar, ahora con mayor fuerza y mayores sentimientos de culpa.. (Giberti, E. 1999) 

Conclusión

De acuerdo a lo ya analizado, la figura paterna y materna afrontan de manera muy diferente la discapacidad de un hijo así con esto se muestra la negación del padre la cual prevalece por más tiempo y se acorta sensiblemente para la madre. El padre pasa por la negación la cual le ayuda a  conserva la esperanza de que pueda existir algún error en el diagnóstico con esto evita  mirar la situación real y distorsionan los hechos para que parezcan más aceptables, se comportan fríos calculadores y prácticos hacia la situación, dejando la mayor parte del tiempo a la madre sola con una ayuda no involutiva. Así entonces la figura materna se erige o edifica dentro de la familia que tiene un hijo con discapacidad como la figura predominantemente de mayor valor por afrontar con mayor entereza, asertividad, protección y amor a un hijo de tales características.

 Bibliografía

  • Discapacidad OMS 2011 http://www.who.int/topics/disabilities/es/
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